lunes, 30 de diciembre de 2013

voy a empezar a correr por los barrios más ricos de la ciudad

30/12/2013 16:08:21 En vez de salir a correr por la costa voy a empezar a correr por los barrios más ricos de la ciudad. Siempre sentí mucha curiosidad por la vida de la gente rica ¿Qué hacen? ¿Qué deben sentir? ¿Cómo debe ser tener mucho para gastar y nada para hacer? Una vez con una amiga nos subimos arriba de una palmera y espiamos una fiesta de adolescentes ricos. No era una fiesta normal. Las chicas estaban por un lado y los chicos por el otro. No se mezclaban. La música era la música del momento pero nadie bailaba. Me acuerdo que nuestra sensación fue de aburrimiento. Un grupo de chicos al lado de la piscina riendo de modo exagerado por algo imposible de entender. No había demasiado para espiar. Era como si la gente no se quisiera ensuciar la ropa. Algunos adolescentes de la fiesta, sin embargo, desentonaban del resto. Tenían una onda más despojada. Como si dijeran “somos ricos pero queremos demostrar que no nos importa”. Ese día volvimos con una sensación rara. Habíamos idealizado ese tipo de fiestas. Yo las había imaginado más cerca del reviente y del desborde. Si yo fuera rica, pensé, alquilaría una habitación en un hotel cinco estrellas. Después de tomar todo lo que estuviera a mi alcance y de bailar descontroladamente rompería toda la habitación con un palo. Dormiría con todos los invitados en los colchones de plumas y me levantaría pensando que la vida es breve y que hay que aprovecharla al máximo.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Les escribo

Inicio de la conversación jueves 26/12/2013 23:51 Les escribo para comentarles algo que me sucedió en varias sucursales suyas de la ciudad de Mar del Plata. Hoy alrededor de las 19:00 hs fui a cambiar unas zapatillas al local de la calle San Juan. En primer lugar, estuve esperando varios minutos hasta ser atendida a pesar de que el local no estaba tan lleno. Cuando finalmente fui atendida, la empleada me expresó que no tenían ese modelo de zapatillas. Cuando le pregunté si podía consultar si había en otros locales, con mucho desgano me respondió que no, que no se podía porque el registro no estaba actualizado. Me pareció extraño porque usualmente no representa un problema consultar esos datos y se le ahorra al cliente el hecho de pasear por la ciudad. Dicho esto fui al centro a recorrer otros locales. Fui al de Rivadavia y Catamarca en donde me atendieron con el mismo desgano que en el local de San juan, salvo que se dignaron a buscar si tenían ese modelo en otro lugar. Efectivamente habían quedado modelos de esas zapatillas en la sucursal de Rivadavia y Santa fe. Cuando me dirigí a esa otra sucursal, fui atendida por dos empleados -que con el mismo desgano- dijeron que no tenían, que seguramente se habían confundido y que vaya a los locales de San Martín. Ya bastante exasperada fui a san martín y ahí me dijeron que no podía ser, que les figuraba que en Rivadavia y Santa fe sí había, que en todo caso no habían buscado demasiado bien. Uno de los empleados de San martín tuvo la delicadeza -haciendo yo el pedido- de llamar a esa sucursal y el encargado le contestó que sí que había. Volví a Rivadavia y Santa fe, bastante soprendida por lo absurdo de la situación, y claramente a hacer uso de mi derecho de cambiar unas zapatillas -que por otro lado son bastante costosas- y ahí se me recibió como si nada. Digo, sin disculpas de por medio. El encargado de esa sucursal finalmente buscó las zapatillas que -efectivamente estaban allí- y que los empleados no habían querido buscar. Hice la transacción y partí con una muy mala impresión de los locales y del trato recibido. No pedí libro de quejas, porque sé que es casi como pedir nada, pero quiero hacer uso de este medio para comentar lo sucedido. Uno hace una compra o recibe un regalo, no está pidiendo nada, es decir, se merece ser atendido minimamente con respeto. Entiendo que las fiestas pueden llegar a ser exasperantes para las personas que trabajan atendiendo al público, pero tampoco eso es motivo para que te traten de esa manera. Atentamente, Flavia Garione.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Trato de tener la mayor cantidad de felicidad que puedo

24/12/2013 11:14:37 Ayer mientras estaba en la pelopincho me di cuenta de que todo el tiempo estoy trabajando en favor de mi felicidad. Puede parecer egoísta pero siento que mis amigos, en general, trabajan para obtener lo mismo. Como un monstruo que se retroalimenta, las cosas que rodean a la felicidad pero que no son felicidad empiezan a importar cada vez menos. Los deberes –es decir, las responsabilidades- sólo se cumplen si se obtiene algo feliz a cambio. Mientras iba en el colectivo leí un cartel que decía “acá copa Davis”. Y ayer en el baño de un boliche la señora que te da el papel higiénico entró en trace, me agarró del brazo y dijo “A mí me gusta pelear mi amor pero feliz navidad para vos”. Esa noche, mientras estábamos en el patio del boliche sentados tomando cerveza y las chicas lindas comían sanguchitos de miga de modo voraz, tuve una visión. Un ángel violeta salía del mar, y en una lluvia de estrellas hacía desaparecer al boliche entero: las chicas rubias, los hombres con zancos saltarines, el dj, el grupo de pibes que tira pasos, los malabaristas y yo, nos hundíamos todos en un volcán de lava enorme que se abría en la arena y moríamos así: bailando. Y al otro día todos los diarios iban a hablar de ese hecho como “el baile de la muerte”.

martes, 17 de diciembre de 2013

17/12/2013 11:01:45 Hoy estoy bajo el efecto de una droga pero sin drogarme. No sé bien como hice para lograr esto pero bueno. Me levanté a las siete de la mañana para nadar. Llegué a casa a media mañana y dormí dos siestas mientras leía un libro. Y quedé así completamente drogada. Esta mañana también me choqué la cabeza con un poste de luz. Hace un año que estoy escribiendo un relato pero no sé como terminarlo. Creo que este verano lo voy a terminar. Se trata de una chica que se va de vacaciones a Tigre con su novio que es rugbier. No me gusta mucho como está escrito pero hay una escena que sí. Es la escena en la que el rugbier –que se llama Marcos- mata a una comadreja. Hay otra escena linda de una tormenta y de unos chicos que no pueden salir de una Isla. A veces pienso que la realidad está muy tranquila y que te necesito a vos para volver a escribir cosas buenas no sé. Hoy también debo entregar diplomas y poner cara de entregar diplomas.

viernes, 13 de diciembre de 2013

HOLA SUSHI

13/12/2013 20:17:10 Hola Sushi. Vivir solo es lo más, de verdad, pero nunca tengo plata y siempre tengo que pensar opciones económicas para comer. Igual vivir solo es lo más. Aunque viva debajo de un puente voy a vivir sola. El otro día me dijeron que era una persona vaga y que me gustaba mucho dormir y no hacer nada. No supe responder a eso porque quizás sea verdad. Pero bueno. En natación me retaron porque nunca cuento las piletas ¡Ah! dije yo, pensé que nadar era para relajarse no para prestar atención. Y el profesor me miró mal y de ahí en más no me dirigió la palabra. Otra cosa que pasó en pileta es que organizaron una fiesta de fin de año y no me invitaron. Todos hablaban de la fiesta como si yo no estuviera, como si fuese la pared. Al principio no me importaba mucho pero al final sí. Era una fiesta con show, baile y comida. No es que eso esté mal, es que a veces siento que la realidad me pega cachetadas y que nunca me deja entrar.

domingo, 8 de diciembre de 2013

06/12/2013 17:35:56 Lo digo enserio A veces estoy tan cansada de la vida social, de Internet y de las redes sociales, que no sé qué haría. Fantaseo con la vida de Horacio Quiroga. Ya sé que estaba loco pero quiero vivir en una selva como él. Pienso que en una selva me encontraría con lo que de verdad soy. Me haría una casa con ramas. Mis amigos serían los pumas, las mulitas, los monos. Idealizo una vida lejos de los medios de comunicación y de la gente. Nadar desnuda con pirañas, matar peces con una lanza. Escribir todas las tardes debajo de una palmera.

domingo, 1 de diciembre de 2013

01/12/2013 20:54:40 Voy a hacer un poema horrible que hable de lo rara que me siento en este momento Y después me lo voy a comer. Si algún día lees esto Si algún día lees esto Si algún día lo lees si se te ocurriera leer esto Si de casualidad lo leyeras un día en tu casa te mandaría un corazón volador que tire besitos Ah y y vas a montar sobre un caballo muerto
qué difícil